Lo definitivo opera como otra máquina para desgarrar "tanto buen decir y bien pensar" en el subsistema berreta del prestigio de la poesía argentina contemporánea y sus prebendas; en su abismo crece la experiencia con la verdad de un poeta que ya ha cumplido largos años de búsqueda e inclemencia en el interior del interior de un país perdido (fotografía, tiempo, lenguaje).
"Hoy me siento una más del universo, / la llama del amor, en mí encendida. / Te doy gracias "Dios" por esta vida / por momentos quizá, inmerecida. / Pido perdón y también perdono. / Por eso vida, estoy agradecida."
"Soy un ínfimo "Big-bang"; / un cataclismo de entrecasa; / un pequeño inventor de naderías; / un remedo de Dios en alpargatas; / un piloto de pruebas de la vida. / Algo más que la nada. / Algo menos, es nada."
Judas pasó a la historia ligado a la traición política de su amigo y compañero Jesús en la esfera pública. Aquí la construcción de la voz poética nos acerca a otra mirada: la de la esfera privada y subjetiva, la del Judas de carne y hueso, quien a diferencia de Cristo, que debió soportar la pasión divina, sobrelleva la pasión humana, la del padecimiento por todas las dudas, culpas, tormentos e imperfecciones inherentes a esta condición.
El autor "(...) desanda caminos y los transita desde la casa de sus padres, su infancia y su barrio hasta la ciudad toda. Con palabras simples, describe lugares emblemáticos, figuras y personajes conocidos y hasta cuenta cuentos.
Versos y cuentos que tienen su mérito y que a muchos planteará interrogantes por la curiosidad de saber cómo era Junín, para compararlo con el de hoy."
No hay comentarios:
Publicar un comentario